La técnica de injerto en hortalizas posee numerosas ventajas 
asociadas a la resistencia agregada a enfermedades y al incremento en 
calidad y rendimiento de frutos.
Debido a la eliminación del Bromuro de metilo como fumigante 
tradicional del suelo, los agricultores necesitan soluciones viables 
para controlar enfermedades y plagas como Fusarium y Nematodos, entre 
otras.
Hasta el momento, la mejor alternativa han sido los injertos, pero el
 desconocimiento en estos procesos ha desestimado su consideración, 
principalmente por requerir mano de obra especializada.
El uso de robots para realizar injertos sería la solución ideal, pero
 el costo y la dificultad de manejo de la mayoría de modelos existentes 
en el mercado desanima a muchos productores.Quizás por ello, la 
viabilidad de esta tecnología se ha asociado solamente a sofisticadas 
operaciones de invernadero.
Este panorama podría cambiar muy pronto con los últimos avances en 
robótica, que han producido máquinas más asequibles y fáciles de 
utilizar.Ventajas del robot para injertoLa tecnología de robots para 
injerto se ha utilizado industrialmente con éxito en varias partes del 
mundo — principalmente en el continente asiático donde fue desarrollada,
 ya que los agricultores de dicha región llevan más de cinco décadas 
injertando.
Sin embargo, en el continente americano esta tecnología es relativamente nueva.
Uno de los beneficios de utilizar un 
robot es que no requiere personal especializado. Además, la máquina 
puede estar prendida todo el día, cambiando de turno.
Es muy difícil encontrar dos o tres turnos de especialistas.
En consecuencia, el agricultor o el vivero no debe preocuparse de la rotación de personal.
El robot evita problemas de sanidad. Con esta tecnología, la herida 
de la planta está expuesta al aire por menos de dos segundos, mientras 
que con mano de obra puede durar desde unos segundos hasta varios 
minutos.
La precisión lograda repercute positivamente en la sanidad de la 
operación. Por una parte, el corte de la planta siempre es exactamente 
igual, no hay desigualdades en cortes, y por lo tanto los tallos encajan
 perfectamente. A diferencia de lo que ocurre con la mano de obra, el 
robot no se cansa, ni conduce al llamado “cuchareo.”El robot elimina la 
curva de aprendizaje.
Lo único que se requiere es colocar la planta en el sitio exacto, y 
el robot se encarga de cortar y pegar.Por lo tanto, se elimina el costo 
de capacitación para injerto manual, y con ello los gastos extras de 
semillas, tiempo, charolas y tierra.
No todos los robots son igualesExisten varios robots de alta calidad y
 grandes prestaciones, pero no todos se adaptan a las necesidades del 
productor de hortalizas en México.Recientemente se ha lanzado al mercado
 un nuevo robot más asequible y fácil de utilizar, diseñado para 
injertar diferentes tipos de hortalizas. De hecho, es el único en el 
mundo que injerta dos familias de hortalizas — solanáceas y 
cucurbitáceas. Así, se puede utilizar para injertar tomates, chiles, 
berenjenas, sandías, melones, pepinos y calabazas.Este nuevo robot es de
 fácil manejo y se puede adaptar para hacer un corte perfecto del ángulo
 de preferencia para el productor.
El robot tiene una capacidad máxima de 900 injertos por hora, con un 
promedio no inferior a 700 injertos por hora. Se requieren dos personas 
para operar el robot, una alimentando el patrón y la otra, la 
variedad.Si se requiere un sistema más industrializado, por cada cuatro 
robots en uso, sólo se necesita una persona recogiendo injertos.
Por lo tanto, por cada cuatro robots se requieren nueve personas en total.
Un solo robot operando dos turnos diarios por una semana, con un 
total de cuatro personas sin entrenamiento previo, tiene capacidad para 
producir cerca de 80,000 injertos.Para adquirir los mismos resultados 
sin el robot, se necesitarían 12 personas con un mes de entrenamiento.
El margen de error máximo de este nuevo robot es de 2%. Para alcanzar
 esos niveles tan bajos de error con mano de obra especializada, se 
necesitarían años de entrenamiento.
PRODUCTORES DE TOMATES
Cómo pueden beneficiarse los productores del uso de plantas 
injertadas? Xin Zhao y Eric Simonne del Departamento de Ciencias de 
Horticultura de la Universidad de Florida, EUA, responden a esta 
pregunta a través de su investigación. En 2008 publicaron un estudio 
sobre este tema en las Memorias del Instituto del Tomate para analizar 
los beneficios y retos potenciales de dicha práctica.
“Todavía no hay muchos agricultores que hayan probado en campo los 
tomates injertados,” afirma Zhao. “Esta técnica es bastante novedosa 
para la mayoría, y es necesario realizar más investigaciones para 
determinar con seguridad los beneficios potenciales de cultivar tomates 
injertados en campo abierto.”
De acuerdo al estudio, un área donde el injerto podría ser 
beneficioso deriva de la ausencia de Bromuro de metilo. Varias 
universidades, incluyendo la Universidad de Florida están estudiando los
 patrones resistentes a enfermedades como Marchitez por Fusarium, 
Marchitez por Verticillium, Marchitez bacteriana, Pudrición de la corona
 y de la raíz, Nematodos agalladores o de las raíces, y Virus del 
Mosaico del Tabaco (TMV). Varias compañías semilleras distribuyen 
comercialmente estos patrones o portainjertos para cultivo de tomates 
injertados en invernadero.
Además se cree que el injerto podría acelerar el proceso de 
mejoramiento genético de tomate y aprovechar de las ventajas que reporta
 el germoplasma. Por ejemplo, tomates con rasgos de desarrollo (sobre el
 suelo) deseados podrían ser injertados con patrones con rasgos 
inherentes al desarrollo radicular (bajo el suelo) deseados.
Eficiencia y rendimiento
Se ha observado una mejor absorción de agua y nutrientes en hortalizas 
injertadas, posiblemente derivado del vigoroso sistema de raíces de los 
patrones. Con los patrones apropiados para las variedades objetivo del 
injerto, puede implementarse un programa de manejo de nutrientes 
específico para producción de tomates injertados. De esta manera puede 
conseguirse mayor eficiencia en la fertilización, evitando el lixiviado 
de nutrientes y la escorrentía.
También se ha observado una mejora en los rendimientos de tomates 
injertados. Un estudio realizado en tomates de invernadero injertados 
mostró un incremento total en número y tamaño de frutos en comparación 
con tomates no injertados.
Retos y oportunidades
Existen varios obstáculos que los productores deben salvar a la hora de 
considerar el cultivo de tomates injertados, según los estudios. Por 
ejemplo, el costo ha sido el principal factor limitante debido a los 
gastos adicionales en semillas (dos semillas en vez de una), seguido por
 el espacio adicional en el invernadero (dos trasplantes en vez de uno),
 más suministros y mano de obra asociados al empleo de tomates 
injertados.
Una persona capacitada en injertos puede injertar de 125 a 150 
plantas por hora, mientras que una máquina puede injertar de 300 a 1,200
 plantas por hora. Sin embargo, las prácticas y tecnología de injerto 
están evolucionando, lo cual debería rebajar los costos.
Con la prohibición del uso de varios fumigantes del suelo, el exceso 
en el costo de producir tomates injertados podría compensarse con la 
resistencia a enfermedades y el incremento en rendimientos adquiridos 
con esta técnica. Actualmente los investigadores estudian minuciosamente
 la relación costo/beneficio de la producción convencional frente a la 
de injertos.
La incompatibilidad entre patrón y variedad también podría disminuir 
los beneficios potenciales del injerto. Para evitar esta dificultad es 
necesario experimentar con las uniones injertadas antes de lanzarse a la
 producción comercial a gran escala.
El retraso en la cosecha es otro factor que debe considerarse, ya que
 el proceso podría retrasar la floración debido al estrés causado por el
 injerto. Los productores deben tener en cuenta este proceso a la hora 
de planificar la siembra y el injerto.
“En general, se espera que los beneficios de utilizar plantas 
injertadas tales como resistencia a enfermedades y alta productividad 
compensen por el costo adicional asociado con el injerto, y reporten 
beneficios extra,” opina Zhao. “Como los costos de fumigantes del suelo 
continúan creciendo, y las enfermedades generadas en el suelo presentan 
un gran desafío, otras alternativas prometedoras, incluyendo la técnica 
de injerto, merecen que se les dedique más atención.”