La superficie de hortalizas en invernadero continúa extendiéndose cada año en 
Latinoamérica. Por varias razones, los productores en estas regiones quieren 
incrementar su potencial de producción y calidad de frutos, así como ser capaces 
de producir hortalizas durante un periodo de tiempo más largo cada año. Ello 
abre la posibilidad de aprovecharse completamente de los precios de los frutos a 
lo largo del otoño, invierno y primavera, cuando los invernaderos norteños en 
Canadá y EUA están fuera de temporada de producción.
El objetivo de este artículo es resaltar claramente los elementos esenciales 
de una producción hidropónica en invernadero que los propietarios deben 
considerar a la hora de planificar la construcción de una nueva operación de 
invernadero, o bien ampliar la operación existente.
1- Nivel de tecnología
La primera consideración para el propietario es el nivel de tecnología (o 
nivel de inversión) que está dispuesto a aplicar a su proyecto. Alta tecnología 
implica un nivel de inversión mayor debido al costo de equipos, tales como el 
sistema de calefacción por agua caliente y/o la canaleta de sustrato suspendida, 
así como el tipo de estructura.
Tecnología de nivel medio es menos costosa si se instala un sistema de 
calefacción por aire caliente, siempre que las condiciones climáticas donde está 
ubicado el invernadero lo permitan. En cualquier caso, hay que tener en cuenta, 
no sólo el costo inicial del sistema de calefacción, sino también la 
disponibilidad de combustible (p. ej. gas natural) y el costo del combustible y 
sus objetivos de producción totales.
Los invernaderos de baja tecnología son los menos costosos debido a que el 
sistema en general contiene menos equipo y en consecuencia ha sido simplificado, 
pero el potencial de producción total también será más bajo en dichas 
operaciones.
2- Ubicación
La segunda consideración para el propietario debe ser la ubicación del 
invernadero y en particular las condiciones de clima anuales en la región. La 
elección de la ubicación de la operación tendrá una influencia significativa en 
el nivel de tecnología que sería apropiado para la óptima producción y calidad 
de frutos.
Por ejemplo, si la ubicación es en un lugar de altitud elevada se requerirá 
un sistema de calefacción debido a la posibilidad de bajas temperaturas durante 
varias semanas en los meses de invierno, los cuales presentan el mayor potencial 
de ganancia. En altitudes bajas podría ser necesaria mayor capacidad de 
ventilación en el invernadero o incluso la instalación de un equipo de 
enfriamiento (p.ej. sistema de nebulización o sistema de enfriamiento de muro 
húmedo y ventilador) que incrementará el nivel de inversión requerido para 
obtener alta producción y calidad de frutos.
La producción de hortalizas en invierno en un invernadero de baja tecnología 
requiere la cuidadosa consideración del propietario en cuanto a la ubicación del 
invernadero en lo que se refiere a la temperatura. Al no disponer de un sistema 
de calefacción, es necesario buscar un emplazamiento en el cual la temperatura 
más baja en invierno no sea inferior a 14°C. Sin importar el nivel de 
tecnología, el propietario debería buscar una ubicación para su invernadero 
donde la máxima temperatura no supere 30°C entre agosto y junio, que es la 
temporada de producción óptima para la producción de invierno.
Cuando el propietario esté buscando la ubicación ideal, también debe 
considerar la disponibilidad de luz. La luz es esencial para el desarrollo de la 
planta y la mayoría de lugares en México tienen condiciones de luz excelentes 
durante la mayoría de los meses de invierno. Sin embargo, al considerar una 
ubicación posible para el invernadero, el propietario deberá maximizar la 
duración del día en el que las plantas estén expuestas a la luz del sol, para lo 
cual debe evitar construir el invernadero próximo a una montaña que proyecte 
sombra en el invernadero, ya sea por la mañana o por la tarde.
3- Estructura del invernadero
Una vez decidida la ubicación de la operación y el nivel de tecnología que 
sea apropiado para la ubicación, el propietario deberá seleccionar el tipo de 
estructura de invernadero, el equipo y los sistemas de cultivo que constituirán 
su sistema de invernadero completo.
La consideración más importante para el propietario será la estructura del 
invernadero. Este artículo tratará dos tipos de estructura: la tradicional de 
techo fijo y ventila y la innovadora de techo retráctil que ha adquirido 
popularidad en México durante los últimos años debido a su capacidad de 
optimizar la luz y la ventilación a lo largo del día.
La estructura tradicional tiene un techo cubierto de plástico fijo y una 
ventila doble movible o una ventila simple en posición fija. En primer lugar, el 
plástico del tejado es un componente esencial en el invernadero tradicional. Las 
características del plástico afectan no sólo a la cantidad de luz que penetra 
sino a la calidad de la misma. Si el propietario está considerando un 
invernadero tradicional, la cubierta de plástico del techo debe maximizar la 
difusión de la luz con propiedades de difusión superiores al 70% con el fin de 
distribuir la luz en el invernadero y minimizar la radiación solar directa en la 
parte superior de las plantas. La luz solar intensa y directa en la punta de la 
planta resultará en quemaduras, lo cual producirá mucho estrés en la planta 
hacia la mitad del día.
Si el propietario está considerando un invernadero tradicional, también debe 
tener en cuenta la instalación de ventilación cenital doble (p.ej. ventilas de 
barlovento y sotavento). Un invernadero con ventilación doble en la cumbrera en 
el cual la apertura de las ventilas es motorizada dependiendo de la dirección de 
viento, es el método más efectivo para crear intercambio de aire en el interior 
de la estructura a través de un proceso llamado efecto venturi. Una ventila 
cenital unidireccional (p. ej. ventilación única de dirección fija en el techo) 
sólo es efectiva para facilitar el intercambio de aire en el invernadero cuando 
el aire fluye sobre la ventila, así como para extraer el aire del 
invernadero.
Las ventilas cenitales sirven para crear intercambios de aire, no sólo 
extraer el aire caliente del invernadero. Los intercambios de aire extraen aire 
caliente y humedad excesiva e introducen CO2 en el invernadero. Cuando las 
plantas están trabajando intensamente necesitan grandes cantidades de CO2, el 
cual es esencial para el crecimiento continuo y la elevada producción de frutos 
de la más alta calidad. Si el invernadero no es capaz de maximizar los 
intercambios de aire hacia la mitad del día, la concentración de CO2 será 
agotada rápidamente por las plantas y detendrán su actividad. Piensen en el CO2 
como en un nutriente esencial para las plantas sin el cual éstas no 
trabajan.
El uso de pantallas antiinsectos en ventilas cenitales ha requerido que los 
invernaderos posean ventilas de mayor tamaño. Al considerar una pantalla 
anti-Mosca blanca, una pantalla de alta calidad bloqueará aproximadamente del 30 
al 35% del flujo de aire, mientras que una de baja calidad bloquea del 50 al 58% 
del flujo de aire. Sin importar el tamaño de la ventila cenital, si se coloca 
una pantalla sobre ésta, el número de intercambios de aire por hora se verá 
reducido. La mayor ventila cenital práctica será de 1.7 a 2.0 metros, lo cual 
proporciona un máximo de 35 a 42% de capacidad de ventilación en un sistema de 
ventila cenital doble sin malla antiinsecto instalada. Una ventila cenital única 
con la misma apertura proporcionará la mitad de su capacidad de ventilación.
El avance más innovador en estructuras de invernadero es el sistema de techo 
completamente retráctil. Esto proporciona al productor la solución más flexible 
con respecto a intercambios de aire, ventilación, y control de la temperatura 
durante la noche y sombreo del cultivo en la mitad del día, cuando la intensidad 
de luz es demasiado alta para la óptima salud de la planta. Por ejemplo, por la 
mañana el productor puede abrir completamente o parcialmente el techo para 
extraer humedad indeseada, secar la base del cultivo e incrementar la 
temperatura en el invernadero de manera que las plantas sean más activas en 
cuanto a la fotosíntesis y la transpiración. En la mitad del día, el productor 
puede cerrar completa o parcialmente el techo para proteger las plantas contra 
intensidad de luz indeseada y para conservar una cierta humedad, de forma que 
las plantas no se estresen y para crear un ambiente de cultivo óptimo. Por la 
tarde, el productor puede abrir el techo completa o parcialmente otra vez para 
incrementar la cantidad de luz que recibe el cultivo y así incrementar la 
fotosíntesis y la transpiración.
El sistema de techo retráctil permite una ventilación del 100% cuando, y si 
se requiere. La capacidad de la ventila del revestimiento del techo ya no son 
aspectos a tener en cuenta en este caso. Y lo que es más, el techo en el sistema 
retráctil durará 10 años o más, mientras que el plástico en un techo tradicional 
de invernadero deberá ser sustituido cada 3 ó 4 años para una óptima penetración 
de luz.
4- Sistema de irrigación
Sin importar el nivel de tecnología seleccionado para el invernadero, el 
sistema de irrigación es la segunda consideración más importante después de la 
estructura del invernadero. La habilidad de los sistemas de irrigación de 
aportar agua al cultivo con frecuencia determinada en la mitad del día es la 
medida más importante de su capacidad de salida.
Como pauta, la unidad de irrigación no debería tener que aportar agua a más 
de cuatro (4) zonas. La razón de esto es que en la mitad del día, el sistema 
debe ser capaz de aportar volúmenes pequeños de agua con precisión (p. ej. 100 
mL/ gotero) cada 8 a 12 minutos en una operación hidropónica.
Si el sistema está utilizando goteros de 3L/h (45 mL/minuto) y el productor 
desea aportar 100 mL/ gotero en la mitad del día, el tiempo requerido para hacer 
esto es 2.2 minutos por zona. Si el productor tiene 4 zonas de irrigación, el 
tiempo requerido para irrigar el invernadero entero será de 9 minutos. Esto 
permitirá tiempo suficiente para que el agua aportada durante una sesión de 
riego sea absorbida y distribuida dentro del sustrato antes de que se aplique la 
siguiente sesión de irrigación
De acuerdo con las condiciones de luz y de temperatura en México en el otoño 
y especialmente en la primavera, cuando el cultivo es adulto y posee una carga 
completa de fruta, la unidad de irrigación deberá ser capaz de entregar de 7 a 9 
L/m2 por día.
Para ilustrar este punto, el productor necesitará aportar en la primavera, de 
2.5 a 3.5 mL/julios de luz/m2. Los julios son el estándar hortícola para la 
medida de luz y se definen como " ˜intensidad de luz (W/ m2) por segundo." ™ 
México recibe hasta 2,800 julios de luz por día (con una intensidad de luz de 
hasta 1,000 W ó más) en los meses de primavera y del comienzo del verano.
Por lo tanto, 2800 julios x 2.5 mL/ julio por m2 = 7.000 mL (7 litros) que 
deben ser aportados por m2 cada día al cultivo.
5- Sistema de calefacción
Si se requiere un sistema de calefacción en la ubicación elegida para el 
invernadero, es preferible instalar un sistema de agua caliente, ya que al 
aporta calor a la base del cultivo, el calor ascenderá a través del mismo. Éste 
es también el método más eficiente de aplicar calor, ya que calienta el tejido 
de la planta y el aire. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un sistema de 
calefacción de agua caliente es más económico cuando el área superficial del 
invernadero es de 5 hectáreas o mayor. Otra ventaja de un sistema de calefacción 
de agua caliente es que el CO2 se puede extraer con limpieza y seguridad del 
extractor de la caldera y aportarlo al cultivo.
Alternativamente, puede ser instalado un sistema de calefacción de aire 
caliente, pero es menos eficiente que el de agua caliente y además tiene el 
inconveniente de aplicar calor sobre el cultivo, en vez de a través del mismo. 
Este sistema calienta el aire, que a su vez debe ser suficientemente caliente 
como para calentar el tejido de la planta (frutos y hojas). Su ineficiencia 
también está relacionada con el hecho de que se calienta el aire situado sobre 
el cultivo (cercano a las ventilas) pero no en la base de las plantas ni en el 
sistema radicular.
6- Sustrato
Los sustratos más apropiados para producción hidropónica de hortalizas son 
las planchas de fibra de coco o de lana de roca. Estos sustratos proporcionan al 
productor la capacidad de desarrollar una estrategia de irrigación adecuada a la 
época del año, a la etapa del desarrollo de cultivo y al control del contenido 
en agua del sustrato para la optimización de la producción y de la calidad de 
frutos.
No sólo es importante el tipo de sustrato, sino la configuración y el volumen 
del sustrato (L/planta o L/ m2). El uso de una mezcla fibra de coco y tezontle 
en una bolsa de 25 a 30 cm de altura es muy común en México, porque es barato " 
” no porque sea un buen sustrato, ni con la configuración adecuada. Una mezcla 
de fibra de coco y tezontle no es un buen sustrato porque es una mezcla de dos 
medios con densidades sumamente diferentes. Asimismo, una columna de 25-30 cm de 
altura no es una buena configuración porque drenará más rápidamente que la 
capacidad de las plantas de extraer y de absorber el agua y los nutrientes. La 
velocidad del drenaje está relacionada directamente con la altura de la columna 
del sustrato.
La fibra de coco con dimensiones de 100 x 15 x 12 cm (largo x ancho x alto) o 
de lana de roca con dimensiones de 100 x 20 x 7.5 cm permitirá desarrollar una 
estrategia de irrigación basada en el volumen radicular de la planta o por 
m2.
La altura de la columna es la característica que afecta al índice del 
drenaje. La columna de fibra de coco tiene 12 cm de alto y la de lana de roca 
tiene 7.5 cm de alto porque sus características de drenaje se optimizan a estas 
alturas de columna basadas en las características individuales de los sustratos. 
El volumen radicular total por m2 afectará significativamente al volumen del 
agua que se aplica durante cada sesión de irrigación y a la capacidad del 
productor de manipular el contenido de agua del sustrato de acuerdo al 
crecimiento, desarrollo y carga de fruta del cultivo. Para aquellos productores 
en México que experimenten alta intensidad de luz (W/m2), alta luminosidad 
diaria total (J/cm2) y temperatura, el volumen más eficaz de sustrato es de 10 a 
14 L/m2 en sustrato de fibra de coco o de lana de roca. Es muy importante 
equiparar configuración y volumen del sustrato con el sistema de riego, ya que 
ambos componentes están íntimamente ligados.
7- Cultivo
Tomate es el cultivo de invernadero más común en México, destacando los tipos 
bola (beef), en racimo (TOV) y cóctel. Sin importar el tipo de tomate que vaya a 
cultivarse, si desean plantar en agosto, producir a través del invierno y 
continuar la producción en primavera, deben utilizar plantas injertadas.
Las plantas injertadas son más fuertes y vigorosas " ” y por tanto más 
productivas a lo largo de la temporada completa " ” que las no injertadas. Los 
portainjertos que se utilizan para crear las plantas injertadas son más 
vigorosos y resistentes a enfermedades que las propias raíces de la variedad. El 
costo de utilizar plantas injertadas es levemente más alto si se compara con el 
de variedades sin injertar, pero las ventajas compensan significativamente el 
costo adicional.
El costo adicional de las plantas injertadas se debe a trabajo, pericia e 
instalaciones requeridas para producir plantas de calidad. Por ejemplo, si el 
productor decide plantar 25,000 tallos/ha, compraría 12,500 semillas de un 
portainjertos y 12,500 semillas de la variedad que desea cultivar y el 
propagador las injertaría. En consecuencia, el productor recibe 12,500 plantas 
pero termina consiguiendo 25,000 tallos en el invernadero, ya que cada planta 
tendrá dos cabezas (es decir, dos tallos). El resultado final será el mismo en 
tallos/m2, pero el productor tendrá una planta significativamente más robusta y 
más resistente a enfermedades (radiculares) con fortaleza para producir en 
invierno y en la primavera siguiente.