En la entrada de evita el estrés del trasplante, comenté acerca de  sembrar las semillas en el contenedor en el que van a crecer, en caso de  que aplique para tu sistema de hidroponía. Obviamente, esto no puedes  utilizarlo en muchos casos. Por ejemplo, en un sistema comercial, es  prácticamente imposible cuidar todas las plantas en su contenedor,  además de que no sería costeable. Tener las plantas durante un mes en un  almácigo es mejor y más barato que querer ahorrarse unos días.
Sin embargo, en ambientes caseros, las cosas cambian, ya que normalmente puedes darle un poco más de atención a tus plantas. En el caso de un sistema de riego hidropónico que utilice vasitos (como este), es bueno tener un iniciador para evitar que las plantas pierdan tiempo recuperándose de trasplantes.
Este  lo hice con un bote que compre por 1 dólar, una placa de unicel y  vasito de los de gelatina para fiestas. Aunque depende mucho de lo que  consigas, hacer un iniciador de estos es muy barato. Solo hay que  agujerar los vasitos, poner una esponja para que haga de “fondo  permeable” y sembrar tus semillas. En cuanto germinen, empezarán a  crecer y a formar raíces que se integrarán con la esponja. Cabe  mencionar que es mejor tener un contenedor cuadrado para aprovechar el  espacio, pero que quieres, no tenía otra cosa a la mano...
En poco tiempo, vas a tener las plantas con su sistema radicular (raíces) bien hecho y que han crecido en un ambiente hidropónico desde el principio. De aquí, en cuanto tengan el tamaño adecuado, solo es cuestión de pasarlos al sistema en donde terminarán de crecer.
Esto aligera mucho el trabajo, ya que el ambiente de raíz flotante en el que se empiezan a desarrollar le tiene suficiente humedad a las plantas, por lo que se te puede olvidar el asunto de regar. Solo es cuestión de oxigenar de vez en cuando el líquido para que no se te ponga feo, pero como es bastante (aproximadamente 20 litros) y las plantas son pequeñas, con una vez al día que le des una sacudida tendrás todo bien. Yo le pongo una bomba de pecera para evitarme la fatiga.
En fin, la hidroponía es cuestión de imaginación. Apréndete las reglas básicas y con eso puedes inventar lo que quieras.
Sin embargo, en ambientes caseros, las cosas cambian, ya que normalmente puedes darle un poco más de atención a tus plantas. En el caso de un sistema de riego hidropónico que utilice vasitos (como este), es bueno tener un iniciador para evitar que las plantas pierdan tiempo recuperándose de trasplantes.
Este  lo hice con un bote que compre por 1 dólar, una placa de unicel y  vasito de los de gelatina para fiestas. Aunque depende mucho de lo que  consigas, hacer un iniciador de estos es muy barato. Solo hay que  agujerar los vasitos, poner una esponja para que haga de “fondo  permeable” y sembrar tus semillas. En cuanto germinen, empezarán a  crecer y a formar raíces que se integrarán con la esponja. Cabe  mencionar que es mejor tener un contenedor cuadrado para aprovechar el  espacio, pero que quieres, no tenía otra cosa a la mano...En poco tiempo, vas a tener las plantas con su sistema radicular (raíces) bien hecho y que han crecido en un ambiente hidropónico desde el principio. De aquí, en cuanto tengan el tamaño adecuado, solo es cuestión de pasarlos al sistema en donde terminarán de crecer.
Esto aligera mucho el trabajo, ya que el ambiente de raíz flotante en el que se empiezan a desarrollar le tiene suficiente humedad a las plantas, por lo que se te puede olvidar el asunto de regar. Solo es cuestión de oxigenar de vez en cuando el líquido para que no se te ponga feo, pero como es bastante (aproximadamente 20 litros) y las plantas son pequeñas, con una vez al día que le des una sacudida tendrás todo bien. Yo le pongo una bomba de pecera para evitarme la fatiga.
En fin, la hidroponía es cuestión de imaginación. Apréndete las reglas básicas y con eso puedes inventar lo que quieras.