Para obtener buenos resultados durante germinación, enraizamiento y crecimiento de las plantas, se requieren las siguientes características del medio de cultivo:
Propiedades físicas
- Elevada capacidad de retención de agua fácilmente disponible.
 - Suficiente suministro de aire.
 - Distribución del tamaño de las partículas que mantenga las condiciones anteriores.
 - Baja densidad aparente.
 - Elevada porosidad.
 - Estructura estable, que impida la contracción (o hinchazón del medio).
 
Propiedades químicas
- Baja o apreciable capacidad de intercambio catiónico, dependiendo de que la fertirrigación se aplique permanentemente o de modo intermitente, respectivamente.
 - Suficiente nivel de nutrientes asimilables.
 - Baja salinidad.
 - Elevada capacidad tampón y capacidad para mantener pH constante.
 - Mínima velocidad de descomposición.
 
Otras propiedades
- Libre de semillas de malas hierbas, nematodos y otros patógenos y sustancias fitotóxicas.
 - Reproductividad y disponibilidad.
 - Bajo coste.
 - Fácil de mezclar.
 - Fácil de desinfectar y estabilidad frente a la desinfección.
 - Resistencia a cambios externos físicos, químicos y ambientales.