INTERPRETACION DE ANALISIS DE SUELOS Y FOLIAR PARA GENERAR UN PROGRAMA DE FERTILIZACION

Por mucho tiempo se ha venido discutiendo sobre cuál es la mejor forma de diagnosticar el estado nutricional de los cultivos, si en base de un Análisis de Suelo o de un Diagnóstico Foliar?
La respuesta a esta interrogante se basa fundamentalmente en que si los fertilizantes van a ser aplicados al suelo, que es un componente extremadamente activo y dinámico, se requiere en forma lógica de un análisis de la matriz o componente órgano mineral, para saber cuáles son los contenidos de macro y microelementos y de los elementos secundarios, que la planta los requiere en forma constante para su normal nutrición.
Es necesario recordar que los cultivos, no miran los elementos por sus cantidades sino más bien por su balanceamiento. Es decir, la planta requiere una fertilización completa y bien balanceada, al igual que el resto de seres vivos.
Por otra parte, el Análisis Foliar es una herramienta muy valiosa para saber si la planta está asimilando en forma correcta los nutrientes que como fertilizantes son aplicados al suelo. Es importante hacer notar que la producción de hojas, flores y fruta a través del año es un proceso regular en la mayoría de los cultivos, y por lo tanto con un buen entrenamiento y experiencia es fácil colectar tejido foliar de una consistente edad fisiológica. Cuadro 1.
Lo que si es verdad es que el conseguir muestras de suelo que sean representativas de la totalidad del terreno, requiere de mayor cuidado y conocimiento, ya que los factores que interviene en el grado de variabilidad son muchos, en comparación con las muestras foliares.
Es por esto que siempre se pide que las muestras tanto de suelo como foliar sean recolectadas por personal bien entrenado y con experiencia suficiente como para saber tomar decisiones en un momento determinado. Recordemos siempre el axioma que dice que "El análisis nunca puede ser mejor que la muestra".
La combinación de los dos diagnósticos crea un mayor grado de certeza para saber si la nutrición suministrada al cultivo está acorde a sus necesidades.
Durante estos últimos cinco años se ha venido fomentando el uso de los succionadores, con la finalidad de extraer la solución del suelo, en cualquier período de crecimiento o época del año, para diagnosticar el grado de concentración de los nutrientes en el agua del suelo la que es absorbida por la planta, siempre que exista una adecuada presión osmótica.
Los análisis preliminares pueden ser realizados en la misma finca, valiéndose de aparatos no muy costosos, como un peachímetro y de un conductímetro de bolsillo y de una caja de cintas para medir la concentración de nitritos y nitratos.
Los resultados con un buen grado de interpretación, son muy valiosos para ayudar a cambiar o ajustar, si es necesario, el programa de fertilización, previamente establecido.
Debido a que para la realización de los análisis se hace uso del servicio de un buen laboratorio, no debe existir preocupación sobre la exactitud química de las muestras bien preparadas.
El problema radica fundamentalmente en la interpretación de los datos. Valores óptimos o valores críticos para nutrientes individuales pueden variar sobre un rango considerable, dependiendo de los factores tales como:
El tipo de suelo, región geográfica, régimen de humedad y luminosidad, edad de las plantas, balance con otros nutrientes, tipo de material de siembra , espaciamiento y competencia entre plantas, etc.
En esta ocasión se desea dar a conocer, con algún grado de detalle, la interpretación de los resultados de los Análisis de Suelos y Foliares, que usted amigo empresario, técnico o agricultor recibe en sus manos cada vez que envía a AGROBIOLAB, una muestra de suelo o de hojas, para hacer un análisis químico.
Si hacemos una comparación, con lo que nos acontece frecuentemente, cuando al encontrarnos quebrantados en nuestra salud, decidimos por recomendación médica, realizar algunos análisis de nuestro organismo, ya sea mediante un análisis de sangre o de orina, o por medio de una ecosonografía o de una endoscopía.
¿Qué acontece cuando del laboratorio recibimos los resultados de estos análisis? Se nos hace difícil interpretarlos ¿Verdad?
De igual manera sucede cuando usted amigo agricultor, recibe los reportes de análisis emitido por cualquier laboratorio.
Por este motivo es necesario que un técnico, al igual que un médico, le ayude en la interpretación y en la toma de la mejor decisión de fertilización que debe dar a su plantación.
En este artículo, se pretende brindarle a usted una ayuda, en base de la significación de cada una de las determinaciones que constan en el reporte, ya sea de suelos como del foliar y espero llegar a cumplir este objetivo de la mejor manera.
En el reporte de análisis, para brindarle una mejor orientación de lo que está ocurriendo en el suelo o en su planta, se tiene la presencia de óvalos, que encierran a los valores que se encuentran en deficiencia o bajos y por otro lado los que se encuentran en exceso o en desbalance. Cuando usted encuentre su reporte libre de óvalos, quiere decir que usted está haciendo un buen manejo de la fertilización y que su cultivo está respondiendo bien a la nutrición que se le está administrando. Es necesario destacar el orden en el que han sido presentados los parámetros en el documento, esto es de mucha importancia ya que ayuda a obtener una mejor interpretación, y es así como AGROBIOLAB ubica al pH como el primer parámetro a ser interpretado en el reporte.
El pH es un índice que indica el grado de acidez o alcalinidad en un extracto acuoso del suelo. Es decir, es un indicativo de las condiciones generales de fertilidad del suelo.
El pH es para el suelo como la fiebre para el cuerpo humano, es decir la fiebre indica la existencia de una enfermedad o dolencia más ella en sí no es una enfermedad. El pH conocido como potencial hidrógeno, indica el grado de acidez activa que tiene el suelo, es decir la concentración de los iones hidrógeno presentes en la solución del suelo.
Las plantas en solución nutritiva, hidroponía, toleran valores de pH que varían de 3,0 a 9,0 sin perjuicio en su desenvolvimiento, si los nutrientes en solución son mantenidos disponibles mediante artificios químicos.
Pero en el suelo, pH's menores a 5,5 o arriba de 7,5 ya restringen bastante el crecimiento, debido a que estos valores indican la existencia de varias condiciones desfavorables en las plantas, tales como deficiencias de Ca y Mg, altos contenidos de aluminio, alta fijación de fósforo a pH bajo y deficiencia de microelementos o un exceso de sales a pH alto.
Si se considera el ejemplo del Cuadro 1, de un análisis realizado en una plantación de rosas, que recibe asistencia técnica del Grupo Clínica Agrícola, de la cual se cuenta con resultados del Análisis de Suelos y Foliar del mismo bloque o invernadero, se puede observar, que para empezar, el número de óvalos presentes, tanto en el reporte de suelos como foliar es mínimo, lo que significa que el manejo de la fertilización se ha optimizado.
Con respecto al pH, se puede apreciar que el valor de 6,1, el mismo que ha sido considerado como ligeramente ácido, provoca una asimilación, adecuada por parte de la planta, de los iones que están presentes en el suelo en una forma muy balanceada.
Por otra parte en los Cuadros 2 y 3, se puede tener el caso de un pH 5 en un suelo con palma africana y de 5,5 en uno de banano, respectivamente, los mismos que ha sido considerados como ácidos, el cual puede provocar una serie de anomalías en las plantas, siendo más preocupante en el caso de la palma, ya que a pesar de que en el suelo se cuenta con cantidades altas o hasta en exceso de algunos elementos, tal es el caso de la deficiencia de calcio y magnesio para la palma y de calcio para el banano, valores encontrados a nivel foliar, a pesar de que en el suelo se cuenta con contenidos de altos y hasta de exceso de estos dos cationes.
Si se observa la penúltima casilla de la primera fila de los tres reportes de suelos, en el primero, que corresponde al cultivo de rosas, se aprecia que la casilla está vacía debido a que a pH mayor de 5,5 la presencia de Al+H no existe o es mínima.
En cambio, en el reporte de palma y de banano, la casilla está marcada como Al+H, su valor está marcado como alto y medio, respectivamente, es decir el suelo presenta problemas por la presencia de la acidez de intercambio causada por el elemento aluminio, el cual es considerado como tóxico para cualquier planta, evitando el buen desarrollo radicular, e intensificando el grado de acidez en la solución del suelo, perjudicando la asimilación de los cationes o bases, como es el caso del calcio, del magnesio y del potasio, o de aniones como el fósforo que debido a que se ha fijado en el suelo, su disponibilidad se reduce notoriamente.
Es necesario hacer notar que el pH y la acidez intercambiable, pueden ser solamente determinados en una muestra de suelo, más no en una foliar, por lo tanto para decidir la aplicación de cal como enmienda del suelo, se hace necesario realizar obligadamente un análisis del suelo.
Estas observaciones son muy oportunas debido a que muchos productores y técnicos se preocupan sin motivo por los valores de pH estando otros índices de fertilidad con valores óptimos o ideales. En algunos casos, por ejemplo, un pre-tratamiento inadecuado del terreno puede inducir a la reducción o incremento de las lecturas de pH, lo que no significa que el suelo esté con exceso de acidez o alcalinidad, pudiéndose percibir que esto ocurre o no si los demás parámetros del análisis están adecuados, o mediante el Análisis Foliar o del extracto celular de pecíolos, que se realiza ya como una forma rutinaria en rosas y banano.
El segundo parámetro determinado por AGROBIOLAB, corresponde a la Conductividad Eléctrica (C.E.), la misma que indica el grado de contenido de sales solubles en el suelo, sean estas de carácter natural o artificial por la aplicación de sales fertilizantes. Las sales son comúnmente mezclas de cloruros, sulfatos, bicarbonatos, nitratos y boratos de sodio, magnesio, calcio y potasio.
Cualquiera sea el caso el contenido alto de sales, individuales o combinación de las mismas en el suelo, causan un retraso en el crecimiento de las plantas, daños en los tejidos y decrecimiento en rendimiento.
El grado o índice de salinidad del suelo se lo mide a través de la conductividad eléctrica, la que se basa en el principio de que cuanto mayor es la concentración de sales en la solución del suelo, mayor es la corriente eléctrica que puede ser trasmitida a través de ella. El agua pura es muy mala conductora de la electricidad, mientras que el agua que contiene sales en solución puede conducir corriente en forma proporcional a la cantidad de sales disueltas. Por lo tanto un suelo con alta C.E. no permite una buena absorción de agua ni de nutrientes por parte de la planta ya que el esfuerzo que ella tiene que hacer para tomarlos es cada vez más grande, llegando al extremo que el proceso osmótico se invierte y es el suelo el que toma el agua de la planta y no a lo contrario.
Es por esta razón que cuando se fertiliza no se debe poner cantidades altas de fertilizantes en un solo sitio, ya que la conductividad eléctrica se eleva en esos lugares y causa la quema de raíces y la insuficiencia en la toma de agua.
Los valores de CE encontrados para rosa son medios, para palma son bajos y para banano son en exceso, teniéndose en este último caso que el elemento que está causando este exceso es el ión NO3 que también presenta valores de exceso, lo cual no es adecuado para ningún cultivo, en este caso se debe esperar que la planta asimile este nitrato mediante una buena dotación de agua, antes de volver a fertilizar.
El tercer parámetro, corresponde al contenido de materia orgánica, el cual es un buen indicativo del contenido de nitrógeno en el suelo, de su actividad biológica y física a la vez que es un buen indicador de la capacidad de intercambio catiónico, es decir, de la capacidad de retener los nutrientes de carga positiva, conocidos como cationes, a saber potasio, calcio y magnesio. Cuando el contenido de materia orgánica es medio o alto, se puede pensar en una mejor retención del agua en el suelo, debido a su mejor estructuración.
La materia orgánica por su acción quelatante es una buena fuente de microelementos, lo que garantiza un mejor grado de fertilidad del suelo, este efecto se puede apreciar en los reporte de Análisis de Suelos de Palma y de Banano, en los que sin haber añadido microelementos, sus contenidos son altos y hasta en exceso. La materia orgánica es un excelente amortiguador o buffer en el suelo, evitando así los cambios bruscos del pH del mismo.
Al tener el suelo un buen contenido de materia orgánica, garantiza que los fertilizantes que se añaden al mismo, no se perderán fácilmente por efectos de lixiviación o lavado, por un fuerte riego o durante la temporada lluviosa.
El cuarto parámetro expresado, corresponde al contenido del nitrógeno en forma amoniacal o como catión, NH4+, que es la forma más estable de nitrógeno en el suelo. El ión NH4+ es retenido por los suelos en forma intercambiable de la misma forma que los cationes metálicos.
Este ión NH4+ experimenta un equilibrio de fijación en las arcillas de tipo 2:1, muy similar a lo que acontece con el potasio. El ión amonio que queda fijado de esta forma experimenta solo un intercambio lento y posee manifiesta resistencia a nitrificarse.
De esto se deduce que la determinación de nitrógeno en la forma de NH4+, debe hacerse en suelos que contengan un porcentaje adecuado de coloides sean estos orgánicos o inorgánicos y no en suelos con altos contenidos de arena o materiales inertes.
Es necesario indicar que las plantas absorben muy poco nitrógeno en forma amoniacal ya que su acumulación es tóxica para la misma, por eso es que el NH4+ es incorporado a compuestos orgánicos, en forma casi inmediata a nivel radicular.
El NH4+ en cantidades altas en el suelo compite con los otros cationes, de manera especial con el calcio, lo cual puede provocar una deficiencia de este elemento a nivel de la planta. Es conocido que el NH4+ por ser un catión, descoloca a los cationes K, Ca y Mg y torna muy precario el metabolismo vegetal.
En todo caso el conocimiento del contenido de NH4+ en el suelo, es considerado como un buen dato referencial para dar una sugerencia de fertilización, cuando se toman en consideración otros parámetros del análisis. Una acumulación de NH4+ en el suelo se debe a un bajo pH, el que limita la acción del grupo de bacterias que intervienen en el proceso de nitrificación o a un exceso de agua que limita la presencia de oxigeno en el suelo el cual es necesario para la respiración de las bacterias que son de tipo aeróbico.
Los valores presentados en los tres reportes, indican que para el cultivo de rosas el valor de NH4 es alto, para la palma es bajo y para el banano es medio. Esto tiene una explicación bastante lógica y es la de que en el caso de rosas la fertilización es diaria, para la palma es dos veces en el año y para el banano es mensual, de allí que su grado de acumulación en los tres suelos sea diferente.
El quinto parámetro analizado corresponde al nitrógeno en forma nítrica (NO3-), el mismo que se lo determina únicamente en suelos dedicados a cultivos intensivos (flores, hortalizas, etc.) o suelos de zonas secas cuando el cultivo es a campo abierto.
Casos muy esporádicos se presentan, como el de este ejemplo en banano, que al obtenerse una alta conductividad eléctrica, se hacía necesario determinar cuál era su procedencia, ya que un alto contenido de nitratos es un indicativo de una alta conductividad eléctrica, lo que trae como consecuencia un proceso de salinización del suelo, con perjuicio para los cultivos, por lo anotado anteriormente, al hablar de la conductividad eléctrica.
Es bien conocido que las plantas absorben mejor el nitrógeno en forma nítrica que amoniacal, pero un exceso del NO3- produce un desbalance con los otros aniones, causando un decrecimiento en su asimilación.
El sexto parámetro analizado, es el fósforo, elemento que por su poca movilidad, merece un tratamiento muy especial. Una deficiencia de fósforo trae consigo un crecimiento lento y débil de las plantas con la consiguiente falta de fecundación, lo que se refleja en una baja de producción.
Una baja asimilación de fósforo por parte de la planta, puede deberse a un proceso de fijación de este elemento en el suelo, debido al bajo pH, para que el fósforo permanezca disponible el pH debe estar sobre 5,5 y no en condiciones de reducción, es decir no en suelos saturados de agua. De igual manera en presencia de contenidos altos de NH4+, parte del fertilizante fosfórico puede volverse inaprovechable. Contenidos adecuados de fósforo provocan una absorción mayor de boro y cinc y una disminución de la absorción de manganeso, hierro y cobre.
En suelos deficientes en fósforo, generalmente, no se presenta una respuesta a la aplicación de nitrógeno y potasio, a memos que la deficiencia de fósforo sea corregida. Es por esta razón que al realizar una fertilización, no se debe dejar de aplicar fósforo conjuntamente con los otros nutrientes, para así mantener un balance y restituir continuamente el fósforo exportado por el cultivo.
Valores altos de fósforo en el suelo garantizan una buena asimilación por parte de la planta, caso de la rosa, valores medios y bajos producen deficiencias de este elemento a nivel foliar, caso palma y banano, en este ejemplo. Los siguientes parámetros a ser presentados en el reporte de AGROBIOLAB, corresponden a los cationes o iones de carga positiva, los mismos que están expresados en meq/100 g o ml de suelo, para mantener concordancia con la capacidad de intercambio catiónico (CIC), que corresponde al número de cargas negativas que tiene la matriz del suelo y por lo tanto indica la capacidad que presenta éste para retener las sales fertilizantes.
Cuando se interpreta a los cationes, se debe hacer en conjunto y no en forma independiente ya que entre ellos existen antagonismos y sinergismos los cuales están de acuerdo con la relación numérica que hay entre ellos, de allí que es muy importante dar una mirada a los últimos parámetros, los que corresponden a las relaciones Ca/Mg, Mg/K y Ca+Mg/K.
Es importante apreciar que por cantidad presente en el suelo, los cationes mantiene el siguiente orden: el calcio mayor que el magnesio, que el potasio y que el sodio. Pero no siempre el orden por cantidades mantiene el orden de importancia para la nutrición de la planta, de allí que en importancia el potasio es primero, seguido por el magnesio, el calcio y el sodio.
En ausencia del potasio, una adición de magnesio puede tener un efecto negativo en la producción, mientras que en presencia de potasio se puede lograr incrementos significativos. Es por otra parte, bien conocido que el uso continuo de potasio y su acumulación en el suelo, causa una falta de asimilación de magnesio, demostrándose los conocidos signos de deficiencia de este elemento en las hojas bajeras de las plantas.
Al hacer referencia al calcio, es también conocido que concentraciones altas de este elemento, reduce la asimilación de potasio y amonio causando una reducción en calidad y producción.
La cantidad absoluta de calcio cambiable presente, con frecuencia, no es tan importante, para la nutrición de las plantas, como la cantidad presente en relación a las cantidades y tipos de otros cationes retenidos por los coloides, o el grado de saturación de calcio. Por ejemplo un suelo que tenga 3,75 meq de Ca cambiable por 100 ml de suelo, pero con una baja capacidad de intercambio catiónico, puede suministrar bien calcio a las plantas que un suelo conteniendo 8 a 10 meq de calcio por 100 ml de suelo pero con una alta capacidad de intercambio catiónico.
Por lo tanto el grado de saturación de calcio es de considerable importancia a este respecto, por cuanto la cantidad de este elemento retenido en forma cambiable por un coloide disminuye en proporción a la capacidad total de cambio de este coloide, y la cantidad de calcio absorbido por las plantas disminuye.
Al observar la relación Ca+Mg/K, si esta se encuentra en exceso, como es el caso de los reportes de palma y de banano, el potasio será el elemento que no podrá ser absorbido por parte de la planta al ritmo necesario, con las debidas consecuencias, de tal manera que una fertilización potásica se hace inminente para poder corregir esta anomalía y poder proporcionar el balance necesario con los otros dos cationes.
Por esto es que cuando miramos a la casilla correspondiente al CICE, que es la capacidad de intercambio catiónico efectiva, lo más importante no es si su valor es bajo o es alto, la importancia radica en que los cationes potasio, calcio, magnesio y sodio mantengan las relaciones adecuadas entre ellos y al sumar todos esos valores se llegue a suficiencia. Por último sin ser lo menos importante, se tiene a los microelementos, los cuales no han tenido mayor importancia en la nutrición de las plantas, pero cuando son tomados en cuenta y manejados adecuadamente, cumplen muy bien con la ley del mínimo y proporcionan resultados interesantes en relación al rendimiento. Es indudable que de ellos hay uno, que en la nutrición de un gran número de plantas, es más importante, y se trata del boro, el mismo que está muy relacionado con el pH del suelo. A pH menor a 5 o superior a 7,5, su asimilación se ve drásticamente afectada. Un boro bajo en el suelo y con un pH de 5, como el de la palma, da como resultado un contenido deficiente de boro a nivel foliar, causando un debilitamiento de los tejidos con el consecuente rompimiento de ramas y de hojas.
Para el caso del banano, se ha encontrado que una buena dotación de cinc al suelo ayuda mucho en la regulación del consumo de azúcares, lo cual produce energía para una mejor producción de fotosíntesis. El cinc está comprobado que ayuda en la absorción adecuada de agua lo cual facilita la asimilación del resto de nutrientes.
AGROBIOLAB, basado en este tipo de interpretación de los análisis, propone siempre la realización de un fertilización, que más que basada en cantidades de elementos, se fundamenta en el balance entre ellos y la calidad de las fuentes fertilizantes.

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